la piscina es tan ridículamente pequeña que no puedes nadar, solo mojarte los pies. el acceso es complicado, realmente pensé que podrían hacer algo al respecto para facilitarme la vida. para colmo, no recibí ni un detalle de cortesía, como un simple ascenso de habitación por las molestias. casi escribo una buena reseña, pero simplemente no pude.

El acceso al hotel fue realmente complicado. el camino de tierra estaba lleno de baches y la señalización escaseaba, lo que provocó que perdiera mucho tiempo buscando el lugar. La piscina, aunque tenía su encanto, era tan pequeña que no podía nadar, solo mojarme los pies. Y para colmo, el desayuno no tenía mucha variedad, así que termine un poco decepcionado.

La finca es realmente impresionante, con vistas al

río y a la Sierra de Gredos. Las habitaciones son cómodas y el ambiente es muy tranquilo. Andrés, el anfitrión, nos hizo sentir como en casa desde el primer momento, brindándonos una atención personalizada muy valorada. Sin embargo, el acceso puede ser algo complicado para quienes no conocen la zona.

La atención personalizada de Andrés es excepcional, te hace sentir como en casa desde el primer instante.

El acceso al hotel es complicado y puede ser un desafío para quienes no están familiarizados con la zona.

Un refugio en la naturaleza

Desperté cada mañana con el canto de los pájaros y el aroma del desayuno casero. La atención de Andrés fue inigualable. se siente como estar en casa. La ubicación junto al río es perfecta para desconectar.

El acceso al hotel puede resultar complicado para quienes no conocen la zona. La piscina es un poco pequeña y podría decepcionar a quienes buscan nadar.

el lugar es un chillazo, rodeado de naturaleza y se siente super tranquilo. andrés es un crack, nos hizo sentir como en casa desde el principio, en plan súper cercano. la ubicación al lado del río es top para relajarse después de un hike. el desayuno está brutal, y de verdad te deja bien lleno. la piscina chiquita es perfecta pa' refrescarte cuando hace calor.

aunque el acceso puede ser un poco complicado, y la piscina es más para mojarte los pies que para nadar.

una escapada inolvidable rodeados de naturaleza

atención excepcional, ubicación perfecta

dificultad para encontrar

Todo espectacular! Entorno natural impresionante, atención excepcional de Andrés, áreas de relajación maravillosas.

La experiencia fue agradable. Estuve rodeado de naturaleza y tranquilidad. Andrés, el anfitrión, me hizo sentir como en casa. Aunque la ubicación es un poco complicada, eso no impidió disfrutar. Tuve una buena charla con él en la terraza, lo que hizo que me sintiera más cómodo. Regresaría sin dudarlo.

Acceso complicado|Piscina pequeña

La ubicación del hotel, rodeado de un hermoso paisaje y cerca del río, es perfecta para desconectar. Andrés, el anfitrión, ofrece una atención excepcional y te hace sentir como en casa. Aunque la piscina es pequeña y el acceso puede ser un poco complicado, vale la pena la experiencia.

El hotel está en medio de un bosque al lado de un río, lo que lo hace ideal para quienes buscan desconexión y tranquilidad. La privacidad es excelente, y se siente como un verdadero refugio alejado del bullicio.

Sin embargo, el acceso al hotel no es el más sencillo, lo que podría ser un inconveniente para algunos. Además, la piscina es más bien pequeña y no ofrece mucho espacio para nadar. La variedad del desayuno también podría ser limitada, lo que podría decepcionar a quienes buscan opciones diversas.

Andrés es un gran anfitrión y se toma el tiempo para los detalles. La señalización puede ser confusa.

Me encantó la tranquilidad del lugar, aunque faltaban bombillas en la habitación.